Wednesday, November 21, 2007

Another Poem

A window to my past (3rd Place, Voices Along the River. Antology 2007)

I wish I had a window where I could see the sun,
the moon, the sea and the forest.

In that window I would see you
I would say hello but you would not hear me
because you would be picking up flowers for me.

Exotic birds would make fragranced music
and blind butterflies would kiss you.
I would hear the music but also the silence of death.

I wish I had a window where I could see you
the way you were before your died,
always signing, always dancing.

I wish I had a window, any window;
it doesn’t matter if I couldn’t see the sky or the sea
as long as I could see you.

Recomendacion

Uno de los escritores mas interesantes que he leido en los utlimos dias es Roberto Bolano. Su estilo de contar historias es complejo pero sin mayores pretenciones. En el Gaucho Insufribel, Bolano hace un recuento del caracter argentino con una mezcla borgeana que le da un sabor muy particular a la historia.

Bolano tambien era poeta pero no he leido nunguno de sus trabajos en esa area. El nacio en Chile y vivio muchos anos en Mexico de donde partio para Espana. Ahi murio y ahi escribio la mayoria de sus obras literarias.

Mi mente en Blanco

Mi mente en blanco (published in Hispanic Cultural Review. Vol. XIII, 2007)

Mi mente se quedo sin ideas, nada de que escribir, nada se me ocurre. Bueno eso es un decir porque se me ocurre que nada se me ocurre. Me siento y me pongo a ver la pared, el techo, el suelo. Todo esta muy blanco menos el suelo. Yo no se para que le pagan al empleado de limpieza si nunca limpia nada. Y eso que el tipo tiene un bachillerato en sociología. Tal vez por eso es que no limpia bien. Ha de estar frustrado. Después de todo yo también tengo un bachillerato en sociología pero a mí siquiera me pagan mejor. Aunque yo creo que yo también califico como frustrado. ¿Y quien no? Con estos sueldos y estos horarios. Bueno a mí que me importa, volviendo al problema de la falta de temas para escribir... nada. Han pasado más de 30 minutos y sigo con una hoja en blanco y mi mente igual. ¿Y si escribiera un cuento sobre un niño que se porta mal y le va bien y otro que se porta bien y le va mal? No, eso ya esta muy trillado. Que curioso que no haya ni un solo cuadro en todo este cuarto. Las paredes blancas me molestan. Hace años Leticia quiso que pintáramos todas las paredes de nuestra casa de blanco. En ese entonces estaba de moda el blanco y se pensaba que así las casas se veían más grandes. Yo seguí viendo nuestra casa del mismo tamaño. De menos no le cupieron más cuadros de los que ya teníamos. Tal vez por eso Leticia se fastidio y se fue de la casa. Ella siempre andaba buscando nuevos proyectos y cuando logro lo de pintar toda la casa de blanco, se dio cuenta de que aun así la casa estaba muy chiquita y ella ya no cabía en ella. Había crecido espiritualmente. Esa fue su excusa para dejarme. No necesitaba excusas para hacerlo, yo no pensaba detenerla, después de todo yo me adelante al feminismo y siempre he dejado que las mujeres en mi vida hagan lo que quieran. Sus clases de Tai-Chi, baile tahitiano e introducción a la historia del arte prehispánica le abrieron perspectivas que no tenía cuando nos casamos. Ahora trabaja en un almacén como cajera pero dice estar realizada con clases de filosofía mahometana y de restauración de libros antiguos. A la mejor debería escribir un cuento sobre un hombre que compra un libro antiguo y encuentra un mapa. Entonces piensa que el mapa es sobre un tesoro y dedica toda su vida a buscar el tesoro. Al final descubre que se trataba de una treta del autor del libro para indicar que el mayor tesoro del mundo es que cada persona encuentre su propósito en la vida. Que ridiculo. Y el pinché suelo mugroso sigue molestándome. Cada vez encuentro más manchas. No es que yo sea un perfeccionista ni soy experto de limpieza pero yo le podría dar clases de trapear al sociologuito ese. Tal vez debería de quejarme. No porque el sociólogo-limpiador este subempleado le da derecho a hacer mal su trabajo. Claro que va a aducir que fue a Viet-nam y toda esa vaina. A mi me dijo que le toco ver como un asaltante mato a su mejor amigo a la salida de un cabaret de Saigón. ¿Y si escribiera una historia sobre la guerra? No, yo nunca he estado en la guerra y no se...bueno nunca he estado en muchas situaciones y he escrito sobre ellas. Tal vez si miro la puerta en lugar del piso o el techo se me ocurra algo. Voy a hacer un ejercicio y voy a describir la puerta literariamente... es de madera, posiblemente de caoba de algún país sudamericano que se esta quedando sin árboles para que nosotros tengamos puertas en nuestras oficinas. Aun cuando nunca se cierran esas puertas. El color café oscuro es como el del café con leche que le gustaba tomar a Amanda, la loquísima de Amanda. Quien sabe donde andará. Ya no quiso saber nada de mí cuando le dije que no me iba a divorciar de Leticia para casarme con ella. Según yo mi matrimonio era mas sólido que la puerta de caoba de mi cubícalo. En ese entonces yo no sabía que Lety estaba creciendo espiritualmente y que después ya no cabria en nuestra casa. Tal vez con una puerta de caoba la hubiera podido detener. Pero ¿para que? Así es mejor. Ya sin preocupaciones me puedo dedicar a escribir de lo que yo quiera. Pero ahora mi mente sigue en blanco, blanca, blanca como la paloma. Así dice la canción mexicana: “si a tu ventana llega una paloma, dile...” OH, no dice que sea blanca. No se porque se me ocurrió que fuera blanca. Ha de haber sido por las paredes blancas de esta oficina. Me debería de traer un cuadro para adornar tanta blancura. Lo malo es que mi esposa, mi ex-esposa se llevo casi todos los cuadros. Solo me dejo tres paisajes que son hojas de revistas de arte, de cuando ella tomaba una clase de introducción al arte. Quien sabe porque la introducción al arte no la hizo crecer espiritualmente. No como la clase de Tai-Chi. Podría escribir una historia sobre la influencia del Tai-Chi en el occidente, como esas filosofías están provocando una ola de divorcios de parejas bien establecidas... ¿pero de donde puedo sacar datos sobre el porcentaje de divorcios debidos al Tai-Chi? Los podría calcular... total, todo mundo hace lo mismo; el cincuenta por ciento de las mujeres están frustradas, la mayoría de la población quiere más tiempo antes que más dinero, ¿Será cierto? No termine mi descripción literaria de la puerta, pero no hay mucho mas que agregar. Cierto que tiene espesor ¿y si la mido? No definitivamente no soy un escritor de puertas. A Neruda le daba por escribir cosas del pan, a Borges le encantaba describir los enormes y filosos cuchillos con que se mataban los gauchos, Boyd Echenique hace grandes descripciones de borracheras, ¿habrá alguien que se haya enfocado por las puertas? Quien quite y esa es mi oportunidad de brincar a la fama literaria. Después de todo las puertas no solo sirven para impedir la entrada de intrusos también sirven para abrir la casa y que entre el sol, los amigos, el pan, los cuchillos filosos de Borges. No me motiva. Ya son las seis de la tarde, solo me quedan dos horas antes de que el maldito jefe de redacción venga a fregar que si ya tengo mi historia. Como si fuera tan fácil. Y en media hora llegara el sociólogo de la limpieza. Voy a aprovechar para decirle que limpie las manchas, siquiera la de jugo de uva que se ve tal mal y es la que más me molesta. Claro que me va a querer embarcar a escuchar sus historias de Viet-nam, o de cuando su mujer lo abandono para irse con un veterano de la guerra con Irak. Y eso que su mujer no tomaba clases de Tai-Chi. Tal vez para cuando llegue el sociólogo mal limpiador yo ya haya terminado mi historia y ya no tenga que sentirme presionado para que me deje escribir. ¿Cual historia? Resumiendo, puedo escribir sobre una pared blanca manchada de lo que parece es jugo de uva y resulta ser sangre. El empleado de limpieza la descubre y nota que el escritor, contra su costumbre, termino su trabajo y no esta. Por curiosidad, el empleado se agacha a ver lo que esta escrito en la computadora y lee: Nuestra gigantesca metrópoli que al atardecer comienza a llenarse de luces eléctricas y de gente que se retira a descansar fue testigo de otro brutal crimen sin sentido. Un sociólogo que trabajaba como periodista y odiaba el Tai-Chi, asesino cobardemente a otro sociólogo que trabajaba como empleado de limpieza cuando este leía…