Sunday, May 20, 2012

Mi Soledad


Mi soledad

He aprendido a viví con la soledad
Una soledad aplastante que en días de frio me asfixia

Inclementemente.

A veces trato de hablar con mi soledad, pero me deja sin respuestas.

Y es que mi soledad es sorda, muda y fría cual ira de un dios vengativo
Entonces me miro al espejo y no veo nada

Ni siquiera el vacio de los muertos. 
Ya no me importa, la esperanza quedo atrás,

Los sueños escaparon cuando ella se fue.


Mi soledad es inexorable
Es una soledad violenta, virulenta, sanguinaria, agria.

Mi soledad es insidiosa
Me miente, me corroe, destruye mi deseo de vivir, de amar, de ser feliz.

Mi soledad es una soledad salvaje, desbordada y sin remordimiento
Que me aniquila cruelmente,  

Me destruye sin piedad segundo a segundo como a un bicho repugnante
Y aun así, me aferro a ella,

Mi soledad es lo único que me ata a la vida.  

Sunday, May 06, 2012

Persiguiendo la felicidad.


Tenis y Perros
(A propósito del protagonista de El Gringo Latino quien juega tenis).
¿Cual es la diferencia entre un perro y un tenista persiguiendo una pelota? Que el perro lo hace con su boca y el tenista con una raqueta. Sin embrago el principio es el mismo, el perro y el tenista disfrutan grandemente correr tras la pelota. Los dos tratan de alcanzar su objetivo  una y otra, vez con obsesiva perseverancia.  Al seguir a la bola, su cerebro produce la dopamina que les produce felicidad.
En realidad, toda actividad física que cause goce conlleva satisfacción. Eso lo sabemos desde chicos, cuando comenzamos a gatear, y sigue, en todas las culturas del mundo, durante toda la niñez. En las sociedades modernas hay una gama muy amplia de deportes y todos invariablemente se refieren a un partido, a una competencia, a una lucha como un “juego.” Miles de millones de adultos practican deportes formal o informalmente, por puro gusto. Dichas personas no son muy diferentes a  un niño que corre para alcanzar a un amigo, o que trata de brincar más alto que un compañero. Y no solo los deportes producen ese sentido de júbilo, el bailar, cocinar, cuidar el jardín y miles de otras actividades crean un bienestar similar.
Por eso es triste que una gran cantidad de adultos dejen de practicar actividades físicas. Algunos lo hacen por razones médicas pero la gran mayoría lo hace por desidia, por miedo a hacer el ridículo, por temor a caerse, o por la errada creencia de que no es propio para una persona de cierta edad seguir jugando. Desafortunadamente al dejar de jugar, dejan la oportunidad de alcanzar un poco de la escurridiza felicidad