Algunas de las obras literarias más memorables en la
literatura universal son sátiras. Tal es el caso de: Animal Farm por George Orwell, Don Quijote por
Miguel de Cervantes, Vanity Fair por William
Makepeace Thackeray, La Fierecilla Domada por William Shakespeare, Candido por Voltiere, The Dunciad por Alexander Pope, A Tale of a Tub por Jonathan Swift y Los viajes de Gulliver por Jonathan
Swift, entre muchas otras.
El problema es que algunos lectores tienen dificultad
captando la rica crítica social que conllevan las obras satíricas. No es un
problema de los autores sino de lectores poco incisivos que solo ven las cosas
en blanco y negro. En mi caso yo
disfruto mucho leyendo sátiras y estoy escribiendo una en un intento por
hacer pensar al lector con un estilo alegre y falto de pretensiones
pomposas.
1 comment:
Tienes toda la razón: hay que saber escribir y hay que saber leer porque muchas veces el lector no capta la intención del autor. Mira, cuando yo leía El Quijote de pequeña en el cole no llegaba a entender lo que "pillo" ahora; sólo me entretenían sus aventuras. Ahora veo que Cervantes hizo una crítica mordaz de su época y, sobre todo, de su gran rival Lope de Vega. Hay muchos niveles en todas las obras que mencionas y hay que ir más allá del cerdo, del loco caballero, de los gigantes y de los liliputienses...
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