El pensar como
cotidianidad de un lenguaje sin sentido. Un lenguaje interior no vivido. Un
deseo confundido y falto de expresión, una angustia repetida e insegura. Esa es
la historia de un individuo que se parece a mí, que lo psicoanalizan y que se
psicoanaliza, que a veces siente rabia y otras alegría pero no sabe porque y no
dice nada. No tiene un lenguaje propio y por ello no tiene un pensamiento
sólido, es como la brisa del mar sin mar. Pensamientos inspirados en un puño de
tierra y en un chorro de agua. Cuando se quiere y no se puede se siente
frustración, cuando se puede y no se quiere se siente hastió. Los objetos te
quitan libertad porque tienes que cuidarlos, las ideas te quitan libertad
porque bloquean otras ideas.